Claramente es necesaria una reseña del juego que tiene el honor de estar entre los tres mejores de ambos escritores de este blog, y mira que nuestros criterios a veces son muy distintos. Pues sí, por fin llega la reseña del Cyclades, que por algo se encuentra entre los mejores juegos a los que hemos jugado, que no son pocos precisamente.
Aquí os dejo una fotito de la caja para ir abriendo boca...
CÓMO JUGAR
Cyclades está ambientado en la mitológica antigua Grecia, como habréis podido adivinar por la caja. Es un juego de batallas, tanto terrestres como navales, en el que se gana siendo el primero en construir dos metrópolis, momento en el cual termina el juego.
El tablero está formado por las islas Cyclades, visto como si fuéramos dioses del Olympo controlándolo todo a nuestra voluntad, lo cual, a quién quiero engañar, está muuuy guay.
Cada jugador recibe sus soldados, barquitos, algo de dinero, una pantalla para que este último sea secreto, y se establece en dos islas, determinadas en función del número de jugadores. Una vez hecho esto, comienza el juego.
Cada turno tiene dos fases:
1. Fase de subasta.
2. Fase de acciones.
La primera fase se lleva a cabo en el tablero de dioses, que representan las acciones disponibles para ese turno. La segunda, consiste en llevar a cabo la acción del dios seleccionado, normalmente en el tablero central.
El mecanismo de subasta es el siguiente: cada jugador, por orden de turno, colocará su peón en un número del dios que desee. El siguiente jugador puede colocarse en un número de un dios en el que no haya nadie, o en un dios en el que ya haya otro peón, en un número mayor del que ya está el anterior. En ese mismo momento, el peón que ha sido echado de su sitio, debe buscar otro de la misma forma que si fuera su turno, con la única condición de que no puede colocarse en el mismo dios del que ha sido expulsado.
Una vez que cada jugador está colocado en el dios correspondiente, se procede a la fase de acciones. En esta fase lo primero que hay que hacer es pagar los servicios del dios solicitado, que corresponde al número sobre el cual está colocado tu peón (aplicando los descuentos correspondientes, que ya veremos).
Las cinco acciones distintas que ofrece cada dios son las siguientes:
- Ares: recibes un soldado gratis que colocas inmediatamente en una de tus islas. Además puedes pagar oro adicional para conseguir más soldados, moverlos de una isla a otra, o construir una fortaleza.
- Poseidón: igual que Ares, pero en este caso te proporciona y mueve barcos y te permite construir puertos.
- Zeus: te proporciona sacerdotes y te permite construir templos. Por cada sacerdote que tengas en tu poder pagas uno de oro menos en la fase de subasta.
- Atenea: te proporciona filósofos y te permite construir escuelas. Los filósofos no hacen nada por sí mismos, pero si tienes cuatro inmediatamente se convierten en una metrópolis.
- Apolo: este es el único dios al que pueden ir varios jugadores en un único turno. Simplemente, te ayuda a recuperarte dándote dinerito gratis.
Las metrópolis se pueden obtener de varias formas: con cuatro filósofos, con un edificio de cada tipo (que inmediatamente se sustituyen por una metrópolis) o invadiendo una isla rival que contenga una metrópolis.
Además, una parte importante y muy divertida del juego, es que también hay criaturas mitológicas, a las que puedes contratar por un módico precio para que estén a tu ser vicio, eso sí, solo por un turno. Aunque parezcan poco importantes a simple vista, son capaces de dar la vuelta a la partida en un solo turno.
Hay muchos detalles que no he contado, pero creo que la explicación es suficiente para dar una visión general del juego.
Este es uno de los juegos en los que la relación calidad/precio es excelente. No solo todas las figuritas son de plástico, sino que además son distintas para cada jugador. Las pantallas son un poco endebles pero preciosas, y cumplen su función, además de que cuentan con un resumen muy práctico de turno de juego y de las habilidades de todas las criaturas mitológicas.
En general, el juego es espectacular estéticamente, y llama la atención de todo el que pasa por delante, sobre todo si hay criaturas mitológicas en el tablero (las más importantes vienen con figura propia). Un juego precioso y a muy buen precio.
Sugerencia de regla casera: No se puede usar la miniatura del Craken sin gritar "Liberad al Craken".
Sugerencia de regla casera: No se puede usar la miniatura del Craken sin gritar "Liberad al Craken".
A pesar de que he empezado diciendo que es un juego de batallas, no os esperéis un wargame tipo Warhammer con mil reglas y modificadores. El combate es muy sencillo (solo tirar dos dados enfrentados), y el movimiento de tropas y barcos facilísimo. Esto hace que puedas disfrutar completamente de la estrategia del juego y no andar preocupándote de todo lo que hay que sumar o restar.
Aunque hay mucha interacción y mucha batalla disponible, no os dejéis engañar, hay otra parte importante de gestión de recursos a tener en cuenta. De hecho, en las partidas que he jugado, los que deciden enzarzarse en peleas continuas por el control de islas siempre acaban perdiendo, ya que alguien que ha pasado desapercibido ha construido metrópolis antes que ellos.
Por cierto, aunque en la caja pone de 2 a 5 jugadores, ni os molestéis en probarlo de 2: no es ni la mitad de bueno que el juego al completo, y da una visión muy pobre de lo que puede llegar a ser, y nada representativa. Para mí, lo ideal son 3 ó 4 jugadores, de 5 no lo he probado, pero me da la sensación de que será un poco caótico.
Opinión de Zeros
¡Este juego es increíble! De dos es un desastre, ni lo intentéis, pero con más jugadores... sin ninguna duda mi favorito para 3 jugadores. La gestión de un juego de guerra y control de territorios a través de un sistema de subastas puede resultar desconcertante al principio, pero qué bien funciona. No hay situación de la que no se pueda salir, ¿Que te obligan a ir a Apolo? Ellos verán, porque al próximo turno irás donde te dé la gana. Pero lo que hace saltar este juego de muy bueno a excelente son las criaturas mitológicas, es como si cada turno pudieras pagar por romper las reglas del juego y ponerlo todo patas arriba. Las partidas siempre dan giros inesperados y gana quien menos te lo esperas. Y aunque pierdas, es uno de esos juegos que lo disfrutas tanto que no importa, y que luego te vas a tomar una cerveza y sigues comentando la jugada. Así de impactante es. Y ahora, dejad de leer e id corriendo a probar este juego, porque es la leche.
Opinión de Kya
Lo que pensaba que era un juego poco menos que pasable de dos, ha resultado ser un juegazo con tres o cuatro jugadores. Hay guerra, hay recursos, hay construcciones, hay criaturas mitológicas... Este juego lo tiene absolutamente todo, y no hay partida, haya ganado o perdido, que no haya disfrutado muchísimo.
Para mí la principal ventaja es que está extraordinariamente bien equilibrado, y hasta el mismo momento en que se acaba la partida, todo el mundo tiene posibilidades de ganar (salvo que te aísles tu solo en tu rincón, cosa difícil pero posible, ejem ejem...verdad Zeros?? XD). Siempre que podemos este juego sale a la mesa, y siempre triunfa; hay piques, hay giros inesperados... No tengo palabras para describir lo bueno que es, solo una recomendación: ¡PROBADLO YAAAAAAAAAA!
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