domingo, 7 de mayo de 2017

Valley of the Kings (Afterlife)

Hoy hablamos de un pequeño juego de 1 a 4 jugadores, de construcción de mazos ambientado en el Antiguo Egipto de 2 a 4 jugadores. El juego consiste únicamente en un mazo de  100 cartas, pero tiene multitud de combos que descubrir, mucha estrategia y más temática de la que podrías esperar en un juego de estas características. Se trata, nada menos, que de Valley of the Kings (Valle de los reyes para la versión en español). 

Nota: Para el propósito de esta reseña usaremos la caja Afterlife, pero cuanto digamos es perfectamente aplicable a cualquiera de las tres cajas básicas.

CÓMO JUGAR
En Valley of the Kings cada jugador empieza con un mazo de 10 cartas iniciales y en el centro de la zona de juego se coloca una pirámide de cartas. En cada turno, robamos cinco cartas y podemos hacer las siguientes acciones:

-Jugar cartas por su habilidad
-Jugar cartas por su valor de compra, indicado en el escarabajo dorado de la esquina superior izquierda, para comprar cartas de la base de la pirámide (el valor se indica en la esquina superior derecha). 
-Enterrar una única carta (lo explicaremos en un momentín)

Cuando compras una carta, únicamente puedes hacerlo de la base de la pirámide. Después, las cartas de los niveles superiores bajarán a ocupar los huecos vacíos y sacaremos cartas del mazo. Las cartas del mazo son de dos niveles, por lo que a partir de un determinado punto empezarán a salir cartas mucho mejores. 
La carta comprada va a tu pila de descartes, junto con todo lo que has jugado, o no, en tu turno. Después vuelves a robar hasta 5. Cuando te quedes sin mazo, barajas tu pila de descartes y a seguir. Hasta aqui nada nuevo con respecto a otros juegos de construcción de mazos. 

Lo que hace diferente a este juego es que las cartas en tu mazo valen exactamente cero puntos. Para que tus cartas puntuen deben estar en tu cámara funeraria, es decir, bien enterraditas. 
Cada turno puedes enterrar una carta, sacándola de tu mazo para siempre y metiéndola en tu turno para que puntue. Pero claro, las cartas que más puntos valen, también son las mejores, y quieres mantenerlas en tu mazo el máximo tiempo posible para jugarlas más veces. Y recordemos que la cantidad de cartas que puedes enterrar por turno es limitada, y no solo eso, sino que el turno que entierras carta, solo vas a tener 4 cartas con las que jugar, en lugar de 5. 
¿Vais viendo la gracia? Si entierras más de la cuenta, demasiado pronto, te quedarás con cartas malas o insuficientes para comprar las cartas más caras y poderosas al final de la partida. Si te duermes en los laureles, tendrás todas las cartas caras en tu mazo, pero al revisar tu tumba verás que has sumado apenas dos decenas de puntos. 

La partida termina cuando no quedan cartas ni en el mazo ni en la pirámide, y no, no hay forma de posponer lo inevitable no comprando. Cada turno que no comrpas nada, debes destruir una carta de la pirámide. 
Al final, las cartas puntúan por sets del mismo color de forma cuadrática. En el ejemplo, puntuaríamos 4 puntos por las marrones, 1 por la roja, 9 por las naranjas, 1 por la verde y 9 por las azules. 

COMPONENTES
El juego son 100 cartas de buena calidad. El otro único componente es la caja, que tiene el espacio medido al detalle: Con fundas el juego entra justo, sin que sobre nada de hueco ni se pueda mover o descolocar algo, así es como se deberían diseñar las cajas, suficientemente grandes para que entre el juego enfundado pero volumen innecesario de aire que ocupa hueco en la estantería. 

A nivel estético el diseño es sencillo (que no por ello soso) imitando la estética egipcia y funcional. Un aspecto muy interesanet del juego, es que todas las cartas tienen texto de ambientación en el que en 2 líneas te explican que representa el objeto, rito o cámara en cuestión en la tradición funeraria egipcia. Os dejo algunos ejemplos.

3 SETS MODULARES
Sorpresa, sorpresa, otro juego de AEG que es modular, y parece que el número mágico es 3. Hay tres cajas de Valley of the Kings, la original, Afterlife y Last Rites. Todas ellas traen absolutamente todo lo que necesitas para jugar. A nivel mecánicas ninguna aporta nada nuevo, solo son mazos de cartas distintas, con la misma estructura (un set de 3, un set de 4, uno de 5, uno de 6 y uno de 7) pero distintas habilidades. El manual, por supuesto, incluye reglas para combinar los distintos mazos a tu gusto de dos maneras distintas e incluso para jugar con absolutamente todas las cartas. Se agradece la opción, pero a nosotros con dos cajas y muchas partidas a nuestras espaldas, no nos ha hecho falta aún hacer mezclas. 
Entre los dos primeros, nos gusta más Afterlife. Aún no hemos probado Last Rites, pero lo estamos deseando ya que esta tercera caja no solo trae un nuevo mazo de cartas, sino que trae nuevos mazos iniciales (en las dos primeras eran iguales). 

VEREDICTO

Opinión de Zeros
Valley of the Kings es sencillo y rápido, y sin embargo ofrece muchas decisiones tácticas. Las cartas tienen habilidades de lo más variado, habilitando múltiples combos y estrategias. Algunas habilidades incluso parecen no tener sentido la primera vez que las lees, hasta que alguien descubre como sacarlas partido. Hay mucho que descubrir y que disfrutar en este pequeñín. Y eso que aún no hemos empezado a experimentar mezclando las cajas. 
El modo solitario es un tanto sosete, pero aparte de eso funciona genial tanto con 2, como con 4. Eso si, hay que hacerse al ritmo de la partida, porque el tempo a la hora de enterrar es fundamental, y meter un jugador más lo descuadra todo. 
Muy recomendable, me encanta. 

Opinión de Kya
Lo que parecía un juego más de hacer sets de colores, ha resultado en un jueguito con más chicha de lo que parecía. Las primeras dos o tres partidas te pasan por delante sin que te enteres, pero a partir de la cuarta más o menos se empieza a ver la luz: cartas que antes no entendías empiezas a descubrir su uso, vas viendo sinergias nuevas entre cartas distintas, y de repente te das cuenta de que realmente estás controlando la mecánica del juego, y que todo encaja perfectamente.

Inevitablemente, tras muchas partidas, cada uno desarrolla una forma personal de jugar, ya que siempre te gustan más unas cartas que otras. Aparte de eso, es un pequeño juego de estrategia con cartas que cabe en (casi) cualquier bolso. En cuanto a la temática, personalmente, construir una tumba no es que sea de mis temas favoritos, y menos cuando hay una carta que es un gancho para sacar cerebros por la nariz (muy buena, por cierto, compradla siempre que podáis XD). Pero más allá de eso, las cartas son muy bonitas, y te metes tanto en el juego que se te olvidan algunas de las guarrerías que hay por ahí :P.

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